Centro de Salud Avenida de Aragón - Madrid, Madrid

estefany D.

Los que atienden solo se pasan Cotillando, siempre que voy la señora de la entrada me dice que mi médico de cabecera está muy ocupado y yo siempre le digo tengo que pedir un documento para estar de baja para mi jefe y de una saca la cita pra los 10 minutos, tardan mucho y no resuelven nada. Hoy viene y pasó lo mismo y la señora de Cabecera estaba que hablaba con las otras sobre un paciente que ya no estaba solo estaban cotillando

johan C.

Quizá está reseña no cambie nada el sistema

Pero me parece una falta de respeto con las personas ,
Que tengan que esperar 20 minutos o media hora siempre , aunque se tenga cita , así como los pacientes tiene encuenta el tiempo para llegar a la cita a tiempo , deberían tener también en cuenta el tiempo que tardan entre cita y cita

Jota

Siempre que he tenido que acudir he recibido una atención muy profesional, certera, ágil y excelente, por parte del médico D. José Ignacio González. Esta clase de profesionales deberían mimarse por parte de la sanidad pública, con los recursos, incentivos y remuneraciones debidos, porque son los que contribuyen a un sistema sanitario público de calidad.

olga S. I.

Cada vez que llamas para coger cita es una locura puedes estar desde las 8:00 de la mañana que te ponen la locución que en estos momentos no te pueden atender y cuál es el momento para que te atiendan para que te den una cita
No me puedo creer que no haya nadie ni una sola cita éramos que pueda atender las llamadas
Ahora eso si cuando vas están todas de cotilleo hablando y atendiendo no muy rápidamente
Como centro de salud deja mucho que desear
En cambio el trato médico paciente es excelente

concha F. S.

Te cogen el teléfono con relativa facilidad y es posible conseguir citas en un plazo razonable

Alida F. F.

Es un centro de salud muy pequeño aunque su profesionalidad es excelente.
Está en una avenida muy transitada y para ir en coche es complicado pero a pie es céntrico.

cosme M.

Quiero compartir mi reciente experiencia con el Centro de Salud Avenida de Aragón, en la calle C. de Alcalá, 425 en Madrid, que ha sido bastante decepcionante. Me encontraba de vacaciones en Málaga cuando, después de más de 8 días sufriendo fuertes dolores de espalda que empeoraron progresivamente, decidí acudir a urgencias en un hospital privado, donde me diagnosticaron lumbago y ciática. Tras la consulta, me recetaron varias medicinas con volantes de mi seguro privado.

Ya que sabía que mi centro de salud en Madrid podría cargar estas medicinas en mi tarjeta sanitaria pública, decidí llamarlos. Sin embargo, me dijeron que debía pedir cita antes de que pudieran atenderme. A través de la app de cita sanitaria, conseguí una cita para hablar con el doctor 4 días después, el día 20/08/2024 a las 13:30. A pesar de tener la cita programada, el doctor me llamó con considerable retraso a las 15:15.

Le expliqué mi situación al doctor, que no estaba en Madrid, que tenía las recetas de mi seguro privado y que solo necesitaba que cargaran las medicinas en mi tarjeta sanitaria para poder recogerlas en cualquier farmacia. Su respuesta fue que debía acudir presencialmente al centro para ver si era posible hacer esto, lo cual me parece absolutamente incoherente y sin sentido, considerando que no puedo ni moverme debido al dolor y que estoy a muchos kilómetros de Madrid.

Este tipo de servicio es totalmente ineficaz y frustrante, especialmente cuando se supone que tanto el seguro privado como el público están ahí para ofrecer ayuda. Al final, tuve que pagar las medicinas de mi bolsillo varios días después y no recibí ninguna ayuda del sistema público, a pesar de haber contribuido a través de mis impuestos. Me parece inaceptable y espero que tomen medidas para mejorar la atención y facilitar este tipo de procesos para futuros pacientes.

Luca

La mujer de pelo gris que abre es muy pesada.

Ni tres minutos después de abrir, a pesar de que la puerta está abierta de par en par y no hay ninguna señal, sigue diciendo que nos quedemos fuera. Fuera ni siquiera de la puerta, sino de la propia valla.

Incluso una vez dentro, como acompañante, estaba allí para dirigir y decir a la gente dónde esperar.
Ocuparse de sus propios asuntos ya no es una realidad, parece.

A otras personas les dijo lo mismo y no parecían muy contentas....