Jorge Monroy Avella - Kissimmee, Florida

Joerly Mendonca

En el 2020 me fui a ver con mi “médico” primario, el señor Avella. Necesitaba un referido con un especialista porque tenía un gran lunar que cumplía con el ABC del cáncer de piel. (Era bastante obvio). Media más de 4mm, forma bastante irregular, dos colores, y había cambiado (aumentando su tamaño significativamente con los años). Cuando le mostré el lunar y le conté de mi preocupación (ademas tengo antecedentes familiares de cáncer de piel), me dijo que yo estaba siendo paranoica, que tenía una “relación tóxica” con mi lunar porque cada vez que me veía al espejo yo estaba “buscando algo”, y que si fuera cáncer, ya estaría regado por todo mi cuerpo y no estaría viva. Básicamente me dijo loca y que no me daría mi referido. (Total, qué voy a saber yo si no soy médico). Salí del consultorio abrumada, me sentí absolutamente humillada. Hice caso omiso a la opinión del señor y me fui directo a un especialista, alguien que sí sabía. El Dermatologo a penas me vio me pidió una biopsia (insisto, cualquier persona sabría que era un lunar muy sospechoso, hasta buscando en Google). Era Melanoma… Gracias a Dios tuve médicos de verdad y me operaron e hicieron todo por mi salud, y gracias a Dios (y a médicos de verdad) estoy aquí. Melanoma, señor Avella, por si no lo sabe, es el cáncer de piel más peligroso que existe. Y si fuera por usted, yo no estaría viva. Cuento mi historia para que ninguna otra persona pase por lo mismo.